Mermelada de vino tinto

¿Os imagináis poder degustar ese vino que tanto os gusta bien extendido sobre una rebanada de pan crujiente?

 

Tranquilos, ni se trata de ninguna torrija a medio hacer ni de ninguno de nuestros experimentos con la cocina molecular que queramos colaros como la delicatessen del 2016.

¿Que entonces cuál es la receta? Pues ni más ni menos que una espectacular mermelada de vino tinto a la que ni el mismísimo Baco podría resistirse.

Y, aunque no es una mermelada muy común, os aseguramos que le daréis buen uso, ya que combina perfectamente con numerosos ingredientes.

Además, no contiene alcohol, motivo de más para sorprender con ella en comidas o cenas con público de lo más variado.

A nosotros nos ha encantado, así que si os parece, empezamos, sin más rodeos, con esta curiosa mermelada de vino tinto.

Ingredientes:

  • 500 ml de vino tinto
  • 400 g de azúcar
  • 2 g de agar-agar

Elaboración:

Antes de comenzar con la mermelada, nos gustaría indicaros una cosilla que es, en realidad, el único pilar básico para que esta receta salga bien; la elección del vino.

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Y es que es fundamental escoger un vino que sea bueno, y no nos referimos a caro o único en su especie, sino a uno que presente un buen sabor. Nadie usaría un ingrediente que jamás se comería, ¿verdad? Pues con el vino ocurre lo mismo, así que no utilices aquel que no os beberíais.

Tened en cuenta que a la hora de cocinar con vino, éste ve potenciado su sabor y, si es bueno, esta cualidad se intensificará, mientras que si no lo es, ese defecto no pasará desapercibido.

Dicho esto, ¡empezamos!

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En un cazo ponemos a calentar a fuego medio el vino junto con el azúcar y, cuando rompa a hervir, bajamos la temperatura y mantenemos cociendo durante unos 25 minutos. Recomendación: Procurad remover de vez en cuando para que el azúcar se disuelva y no se agarre al fondo.

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Transcurrido este tiempo agregaremos el agar-agar. Este producto consiste en un gelificante que nos ayudará a lograr la textura que buscamos para esta mermelada en la que no existe una base solida y todos sus ingredientes son líquidos. Emplearemos muy poquita cantidad y no será necesario que, como la gelatina, lo hidratemos.

Removemos, mantenemos unos 5 minutos más y retiramos del fuego.

Dejamos que se enfríe a temperatura ambiente y, cuando esté fría, introducimos una cuchara y la movemos sin llegar a remover (como si quisiéramos trocearla).

Vertemos en un tarro correctamente esterilizado y conservamos en la nevera.

¡Y ya tendremos lista esta original mermelada de vino tinto!

Sugerencia: Si deseáis preparar más cantidad para hacer conserva, deberéis seguir los mismos pasos y, una vez la echemos en los frascos llevaremos a cabo el envasado al vacío para su correcta conservación. Para ello, los llenaremos, taparemos bien y los meteremos en una olla (en la que habremos puesto previamente un paño en el fondo). Cubrimos con agua y ponemos a hervir a fuego suave durante unos 25 minutos. Transcurrido este tiempo, retiramos y los dejamos dentro hasta que pierdan algo de temperatura. Finalmente, comprobaremos si hemos realizado el proceso de envasado correctamente, para lo cual, presionaremos la parte central de la tapa y si ésta cede hacia dentro, deberemos hacerlo de nuevo porque este gesto nos indicará que en el interior aún hay aire.